A la hora de elegir el sistema de climatización se debe tener en cuenta varios parámetros: si la vivienda es de nueva construcción o es una reforma, el espacio que le podemos reservar, nuestras necesidades habituales (estancias más utilizadas, ect.) y las estancias a climatizar.
Dentro de los sistemas de climatización más habituales, destacan la calefacción por estufas o chimeneas directamente o en cambio indirectamente a través de sistemas de distribución por suelo radiante o radiadores.
La climatización por suelo radiante es el que mejor se adapta a las necesidades de las personas, manteniendo los niveles de temperatura corporal de la manera más óptima. Así tendremos la zona superior de la sala más fresca que la inferior. De esta forma optimizamos el gasto en combustible y otra de las ventajas que tiene es que es invisible, con lo cual al instalarlo bajo el suelo, deja total libertad para la decoración de la zona interior.
La climatización por radiadores es otra opción, son emisores que transmiten el calor a través de una instalación de circuito de agua al ambiente. Normalmente son de aluminio y se suelen instalar bajo las ventanas, para compensar las pérdidas de calor por los cristales y mejorar la distribución del mismo al ambiente. Una de sus principales ventajas es que al igual que el aire acondicionado se puede realizar la preinstalación (tubería empotrada en obra) y luego adquirir los emisores o, también preinstalación vista.
Ambos sistemas se suelen combinar con una caldera de biomasa.
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